Hackers y Crackers. Documentales: de manipuladores de teléfonos al fraude de 4 millones de dólares.

Los primeros hackers eran manipuladores de teléfonos entre los 70 y los 90, para los que era un reto constante conocer las líneas telefónicas, la red más compleja entonces. Lo hacían, como todo hacker, por el placer de saber más.

Siempre hay que distinguir entre hacker y cracker. Un hacker es un entusiasta, que levanta la seguridad de un sistema o accede sólo por el placer de conseguirlo, pero sin causar daños. El cracker es el que lo hace para aprovecharse de ello, cometiendo un delito. A menudo confundimos al que se cuela en tu casa durante una fiesta y tal vez se bebe un zumo con el que entra cuando estás de vacaciones y te lo quita todo. Sin embargo se quiso dar un castigo ejemplar a Kevin Mitnick, convirtiéndolo en un mártir en vida.


Al llegar Internet y el trasiego de información digital, la idea del hacker se tornó mucho más peligrosa para empresas y gobiernos. Desde entonces, la sensación de inseguridad ha crecido más y más.


Y es una sensación real, porque el activo más vulnerable hoy día en cualquier organización es la información. Y quien tiene la información tiene el poder, y esa es principalmente la razón de ser de las redes sociales gratuitas: obtener información de sus usuarios y venderlas. Ese es también un gran fraude, a modo de media verdad, que no es perseguido.